Planta de Opio

Planta de Opio

Se puede asumir que los detalles de la historia de adicción a los medicamentos en los Estados Unidos es parte de las colonias originales, ya que los medicamentos con narcótico (calmantes de opio) eran comunes en Londres y eran exportados a sus colonizadores. El hecho de que la salud de los ancestros de los Americanos haya estado o no comprometida por la adicción a los opiáceos (calmantes a base del opio) no esta totalmente claro en nuestra historia, pero considerando la facilidad con la que una persona se puede hacer adicta a estos opiáceos por medio de un uso casual, y la fácil accesibilidad a las medicinas del opio (como el sedante –solución de opio y alcohol), uno puede asumir que la adicción llegó a los Estados Unidos con los primeros colonizadores.

Podemos documentar el uso de medicamentos desde los años 1700 que es cuando las medicinas con patente, las que se venden en farmacias, fueron puestas en el mercado para la venta al público. De acuerdo a James A. Inciardi, en su libro de Control de Medicamentos en los Estados Unidos, el opio era el ingrediente más común en estas medicinas, diseñadas para aliviar malestares como la diarrea, resfriados, fiebres, cólera, reumatismo, molestias pélvicas, y aún pie de atleta y calvicie. Estos remedios eran anunciados como “calmantes”, “jarabes para la tos”, “amigos de las mujeres”, y otros nombres igualmente atractivos.

El libro de Medicina Doméstica del doctor William Buchan, que fue publicado originalmente en Filadelfia en 1784 como un manual práctico para uso en casa, recomendaba la disolución del opio en alcohol para el tratamiento de malestares comunes. El doctor Buchan les dio a los lectores una receta para hacer su propia disolución de opio y tenerla en casa para tratar problemas médicos comunes y otras molestias.

El envío de medicinas de Londres terminó con la Guerra de la Revolución. Los fabricantes de medicinas Norteamericanos fueron los primeros empresarios en buscar mercados nacionales a través de amplia publicidad.

Estas medicinas podían ser compradas en pequeñas cantidades de doctores, farmacistas, verduleros, administradores de correos, e impresores. Uno puede encontrar anuncios publicitarios de estas medicinas en todo tipo de revistas de noticias y entretenimiento.

Es fácil ver que tan rápido crecieron estos “medicamentos” según los siguientes reportes: En 1804 un catálogo de Nueva York enlistó unas 90 marcas registradas de medicinas; para 1857 un periódico de Boston incluyó casi 600; y en 1858 otro periódico enlistó más de 1,500 medicinas patentadas. Para 1905 la lista creció a más de 28,000.

Uno puede asumir que estos “remedios” eran usados a un grado encaminado a crear adicción a los opiáceos en Estados Unidos. Uno debe recordar que en esos tiempos no había regulaciones gubernamentales para ninguno de esas medicinas.

En 1803, un farmacista Alemán aisló el alcaloide principal del opio, que básicamente era la morfina, y lo nombró en memoria de Morfeo, el dios Griego de los sueños. Más o menos al mismo tiempo, se inventó la aguja hipodérmica, y para el tiempo de la Guerra Civil la morfina era inyectada como un fuerte anestésico. Muchos químicos alemanes trabajaron con los alcaloides de opio para crear anestésicos más y más fuertes. En 1898 Friedrich Bayer, creador de la famosa aspirina Bayer, inventó la diacetilmorfina, para tratar la neumonía y la tuberculosis, y la llamó Heroína, derivada de la palabra alemana “heroisch” que significa heroico y poderoso. Aun cuando la Heroína de Bayer fue promovida como calmante para la tos y como medicina para el pecho y pulmones, fue recomendada por algunos doctores como tratamiento para la adicción a la morfina, ya que se decía que la heroína no adictiva, y así fue como se originaron medicamentos “no adictivos” siendo originalmente recomendados para tratar adicciones, con la subsecuente contradicción de crear muchos más adictos como resultado. También encontramos nuestra primera literatura hablando de la necesidad de un tratamiento para la adicción a los medicamentos.

La accesibilidad al alivio inmediato del dolor se estaba convirtiendo en parte de la cultura Norteamericana. Se calcula que en el año 1900 el pequeño estado de Vermont vendía 3.3 millones de dosis de opio al mes. Esos fueron los tiempos de los persistentes vendedores de “aceite de víbora” (medicamentos sin valor).

Ellos fueron los primeros vendedores en utilizar ganchos psicológicos para hacer que los clientes compraran sus mercancías. Hoy en día los anuncios de medicamentos en televisión nos indican que los vendedores persistentes aún están contentos con este efectivo método de mercadotecnia.

Hasta los primeros años de 1900 no existieron restricciones en la importación o uso del opio. De modo que cuando llego el siglo veinte, la accesibilidad ilimitada al opio, el influjo de inmigrantes del este de Asia que fumaban opio, y la invención de la aguja hipodérmica, contribuyeron a esparcir ampliamente el compulsivo abuso a los medicamentos en los Estados Unidos.

En nuestro próximo artículo veremos como respondió la sociedad a esta epidémica adicción a los calmantes de opio en Estados Unidos.

Este artículo es proporcionado por la red internacional de rehabilitación de drogas Narconon .

 

Llame a uno de Nuestros Consejeros
España (34) 902-999-912
Centroamérica (+52) 413-160-3192
Sudamérica (+57) 311-226-4472

Historia de la heroína y el opio