Puede ser ilegal, pero algunos adolescentes dicen que la marihuana es tan inofensiva como un trago de Red Bull. Como resultado de que piensen que es inocua, más y más adolescentes están probando la marihuana, y se quedan sorprendidos cuando se enganchan. La ironía es que a medida que aumenta el consumo de los adolescentes de marihuana, también lo hace su potencia. Es la fórmula perfecta para la adicción de los adolescentes.
Sin embargo, hay razones detrás de este aumento del consumo, así como de por qué la marihuana se ha convertido en una sustancia cada vez más peligrosa.
Concentración cáustica
El principal ingrediente psicoactivo de la marihuana es el tetrahidrocannabinol, o THC. Es este compuesto el que se une a los receptores en el cerebro que controlan el dolor, el apetito, la percepción y la memoria. Se ha utilizado durante años para relajarse, para mejorar el estado de ánimo, y para disminuir el dolor. Es sabido que potencia las experiencias sensoriales, tales como escuchar música. Crea una euforia intensa o colocón.
Sin embargo, el THC también distorsiona la percepción de tiempo y espacio del consumidor, retarda el tiempo de reacción, opaca el juicio y la memoria, y reduce el IQ, incluso años después de su consumo. Es una de las principales causas de accidentes automovilísticos, además del alcohol, y alienta los comportamientos de riesgo como la promiscuidad, lo que conduce a la propagación de enfermedades de transmisión sexual.
Pero esto no es todo. En los últimos años el THC se ha concentrado más, haciendo que la marihuana sea más potente que nunca. Químicos que fabrican drogas han descubierto una manera de fabricar marihuana sintética, también conocida como K2 o Spice, la cual era legal hasta hace sólo unos meses atrás. Muchos adolescentes creen que es una versión más segura de la marihuana, pero es en realidad más peligrosa que la se cultiva en la propia casa, porque los resultados son totalmente impredecibles. A menudo lanza al consumidor a un estado de psicosis del que no se libera fácilmente. Se ha sabido que los consumidore se han comportado peligrosamente, incluso de forma suicida y homicida.
Impidiendo el razonamiento correcto
A pesar del aumento en toxicidad, las encuestas muestran que la percepción que los adolescentes tienen del riesgo que presenta la marihuana está disminuyendo, especialmente en los grupos de mayor edad.
Alrededor de 46.000 estudiantes de todo el país fueron encuestados en la Universidad de Michigan en el Estudio de Monitoreando el Futuro de 2012. Lo siguiente fue revelado en este estudio:
Casi el 42% de los estudiantes de octavo grado considera que el consumo de marihuana es perjudicial. Esta es la cifra más baja desde 1991, que fue el primer año en que se encuestó a alumnos de octavo grado.
- Sólo el 20% de los estudiantes de secundaria consideran que el consumo ocasional de marihuana es perjudicial. Este es el porcentaje más bajo desde 1983.
- Más del 6% de los estudiantes de secundaria fuman marihuana todos los días. Esto representa un aumento del 5,1% desde hace cinco años.
- Más del 36% de los estudiantes de secundaria habían fumado marihuana durante el año anterior.
El consumo de otras drogas se redujo, incluidos los cigarrillos, el alcohol, el éxtasis y las sales de baño. El consumo de la marihuana sintética se mantuvo igual.
Puerta de entrada a drogas
Si sospecha que su hijo esta consumiendo marihuana,
contacte a un consejero de rehabilitación de inmediato.
Los estudios demuestran que la marihuana es una droga de entrada, lo que lleva al consumo de drogas más pesadas según los consumidores buscan mejores colocones. La marihuana de hoy hace aún más, y expertos en adicciones animan a que los amigos y familiares hablen acerca de a qué puede conducir la marihuana y que desalienten una actitud complaciente acerca de ella. Mediante llenar la curiosidad con información, los adolescentes pueden evitar el estar toda la vida luchando con la adicción a las drogas.
Las siguientes son sólo razones básicas por las que el consumo de marihuana en los adolescentes ha crecido, y sigue haciéndolo, de una forma cada vez más peligrosa.
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